Quizá el problema no estaba en el banquillo (3-2)

Un sonrojante Xerez en el segundo tiempo hinca la rodilla en Bollullos

Superados, impotentes y sonrojados. Esa fue la versión que ofreció el Xerez Deportivo en la segunda mitad y así se sintieron los cincuenta seguidores azulinos presentes en Bollullos. El conjunto azulino vuelve a ofrecer una pobre imagen lejos de Jerez y suma ya una racha de 1 punto de 9 posibles. Vuelven los fantasmas de principios de temporada, pero ahora el problema parece otro. Quizá el banquillo no es lo que falla en un equipo que en ocasiones demuestra no tener alma.

Ofreció dos caras diferentes el Xerez en el Eloy Ávila Cano. Ninguna fue brillante. Una de ellas, donde supo contemporizar y golpear cuando más falta hacía. El primer gol llegaba en el 7', con un saque de esquina que transformaba Juan Luna de cabeza.

Pronto el Bollullos demostraría porque vive de sus resultados como local. Los onubenses penetraban por bandas y casi siempre finalizaban jugadas de ataque. Nico intervino en dos ocasiones para negarle el gol a Rubio y Vega, pero nada pudo hacer en el tercer intento. Esta vez Álex Rubio ganaba la partida con un disparo desde la frontal del área.

Se temían lo peor los azulinos, pero nuevamente encontraron petróleo nada más salir a buscarlo. Soto demostró que tiene futuro en el equipo cabeceando al fondo de las mallas un buen pase de Fidel. Dos tiros y dos goles de un Xerez que se marchaba en ventaja al descanso. 

La segunda mitad se convirtió en una pesadilla de principio a fin. Nada más empezar, el colegiado no señaló un penalti muy claro sobre Fidel. La jugada parece que desactivó por completo a los hombres de Juan Carlos Gómez, que desde ese momento se encerraron en su área. Los locales ganaban todos los duelos divididos y demostraron varios niveles más de intensidad que los jerezanos. Después de 35 minutos de sufrimiento, Sergio acabaría haciendo el empate.

Y el castigo mayor estaba por llegar. En el 88', una falta botada rápido terminaría con un gol en propia puerta de Juan Luna que servía para escenificar la impotencia de un equipo superado y a merced del rival.

Dos partidos para terminar la primera vuelta. El equipo se encuentra a los mismos puntos (5) del play-off que del descenso. Situaciones que se demoran muchísimo como la llegada de un delantero tras la marcha de Lobo. Quizá el problema no estaba en el banquillo. A lo mejor esa era la explicación más sencilla. Hace falta autocrítica, reconocer que se ha vendido un objetivo irreal para la plantilla construida y bajar los pies al suelo. Llegados a ese punto y con la unidad de todos puede que se consigan dar pasos hacia adelante.

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