El derbi jerezano

 

El fútbol siempre ha traído divisiones en todas las ciudades donde se disputan partidos entre los dos equipos del mismo lugar. Y en Jerez se repite el mismo caso

A. SOTO CÁCERES

Desde 1951, año de fundación del Jerez Industrial, en la ciudad andaluza han convivido dos equipos que han intentado abanderar al municipio con mayor o menor éxito deportivo. El principio de divisiones entre sendas aficiones comenzaría en la década de los 60, por aquel entonces, los dos clubes militaban en Tercera División. A medida que iban pasando los años, la rivalidad y el fenómeno del fútbol crecían, los partidos en los que se enfrentaban tomaban un tinte especial. Jerez se teñía de azul y blanco; a rayas en el caso industrialista y lisa para los xerecistas. 

Con el paso del tiempo, la ciudad se ha atiborrado de hinchas madridistas, culés o colchoneros, y han dejado a un lado al equipo azulino. Ser xerecista es sinónimo de resistencia. Esta decadencia de seguidores, además de que los dos equipos jueguen en categorías más modestas del fútbol, ha dificultado que cada vez cueste más ver camisetas azules y blancas por las calles. 

Sinceramente, me hubiera encantado asistir a un derbi en El Domecq de aquella época. De futbolistas con bigote y medias bajadas, y un terreno de juego con más barro que césped. Asimismo, siempre ha existido una rivalidad sana. Por ello y por otras muchas cosas, la afición xerecista siempre estará agradecida con el Jerez Industrial por lo que supuso el partido del #SosXerez y su dichoso desenlace. 

Así que aquellos que intentan catalogar el partido del domingo como un "derbi", o bien carecen de historia futbolística en Jerez, o simplemente les conviene crear crispación a los dos clubes más laureados de la ciudad: el Xerez Club Deportivo y el Jerez Industrial .  

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