Pensábamos que Rafa Verdú nunca nos dejaría, su paso por la tierra había sido tan grande que creíamos que tendría un acuerdo con el de arriba para ser inmortal, y no solo en sentido figurado. Cuando alguien escuchaba a Rafa hablar siempre iban a salir las tres mismas palabras de su boca: gracias, Jerez y Xerez. Innumerables veces le hemos escuchado agradecer las cosas, aunque fuesen minúsculas. Sin embargo, los egoístas éramos nosotros porque nunca habría forma humana de devolver la mitad de lo que hizo Rafa por el Xerez; y aun así a él le sabía a poco. Su equipo y su ciudad; jamás habrá un jerezano tan madrileño ni un madrileño tan jerezano.
Por esto y más, si alguien les pregunta alguna vez: ¿Qué es el Xerez? Respóndanle: Rafa Verdú. No habrá ejemplo más claro y conciso para resumir el sentimiento y la lealtad del xerecismo.
No le importaba la edad, que hiciese frío, calor o incluso las horas de coche necesarias para ver a su Xerez Deportivo en el campo. Y si por él fuera habría ido andando a algún desplazamiento que nadie le pudo llevar. Nunca reprochó nada a un jugador ni puso una mala cara, eso sí, como se le notaba en los ojos cuando ganaba su equipo. Cómo te vamos a echar de menos en la grada, Rafa.
El cielo a partir de hoy será más azulino que nunca y otro xerecista, como pocos han habido en su historia, llega a esa tribuna del cielo donde cada domingo ven a su Xerez. Seguiremos mirando hacia arriba cada vez que marquemos un gol, buscando tu ejemplo y espíritu.
Publicar un comentario