Hubo una vez un Fondo Sur


Domingo a las 17:00 horas de hace algún que otro año. De camino al Estadio Municipal de Chapín. Yo era de entrar temprano, me gustaba darme alguna que otra vuelta por los alrededores porque siempre saludaba a algún que otro conocido. “Ya nos vemos dentro”, siempre les decía, aunque luego tuviese su asiento en el otro fondo. Además, yo siempre iba andando desde mi casa hasta Chapín e ir contando a cuántos azulinos que llevaban una camiseta o la bufanda del Xerez me cruzaba por el camino. No sé si alguna vez en la vida podré revivir aquello, al menos puedo dar gracias de haber podido presenciarlo. Aunque siempre se notaba los años o partidos buenos del Xerez, en esta ciudad siempre ha habido mucho veleta. 


Era entrar y subir las escaleras que separan la entrada con la grada, y ya uno era feliz, con nervios muchos nervios, pero feliz. Yo siempre he sido de los que se ponen nerviosos para ir al fútbol, por eso alguna que otra vez tenía que tomarme algo. 


Digan lo que digan, que si las pistas le quita esencia al fútbol y se ve demasiado lejos. A mi siempre se me quedaban chicas cuando había que apretar, y eso hasta los jugadores lo notaban. No se si será la acústica, el techado, que salíamos con la garganta reventada o un poco de todo, pero cuando el Kolectivo rugía Chapín lo notaba. Rebosaba xerecismo y le daba color a un estadio que no tiene un tono de color muy vivo. Grada andalucista y en ella los mayores poetas con ingenio para hacer cánticos. Éramos mucho de insultar, negarlo es tontería. Pero también sabíamos cómo hacerlo. En cambio, no solo era eso. A ver si alguien es capaz de acordarse de algún grupo que salude con más arte a todo el estadio que como se hacía en Jerez. No eran nadie los “señoritos”. Había de todo en el fondo sur, luego cuando tocaba jugar fuera éramos menos. Muchos desplazamientos y muchos autobuses ha hecho el Kolectivo para animar a su equipo. El Xerez nunca ha jugado en un campo solo. 


Los años han pasado y ya nada es igual. No me quiero meter en líos, ni tampoco soy nadie para ir dando lecciones de xerecismo a la gente. Yo solo quería acordadme de esos tiempos y escribir sobre mis recuerdos. 


Qué época aquella. Y cuánto ha cambiado la cosa. 

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