Coloquio Xerecista XVI: Rafael Verdú


Hay pocas ediciones del Coloquio Xerecista en la que se desprenda tanto conocimiento histórico como en esta. En esta ocasión, hemos sacado nuestra alfombra roja para recibir a una personalidad que ha gozado de toda una vida consagrada por su amor por el fútbol. No hacen falta muchas presentaciones. Presidente de Honor del Xerez CD, de la Federación de Peñas Xerecistas y de Veteranos Xerez CD; da nombre a una avenida de Jerez y fue nombrado Hijo Adoptivo de la Ciudad
Xerecismo de otro siglo. Sí, hoy, tengo el honor de charlar con Don Rafael Verdú Fernández.

Rafa es una persona que transmite sabiduría futbolística en cada poro de su piel. A sus 91 años, confiesa haber vivido una vida agitada de pequeño, llena de calamidades y, hasta haber pasado miedo debido a la guerra civil española. "El fútbol siempre ha sido mi pasión, desde chico. Recuerdo como con 9 años iba con mis amigos al antiguo Chamartín por si podíamos colarnos porque no teníamos dinero para pagar la entrada (risas). Nos subíamos en un terraplén que había en los laterales y veíamos la banda derecha del campo. Estábamos pendiente de cuando salieran los balones a la calle para tener la suerte de poder entrar a devolverlo y te pisar el estadio. He visto jugar a futbolistas de la talla de Zamora o Miguel Muñoz y después acabé defendiendo la misma camiseta; nunca llegué a imaginármelo".
"Empecé jugando en la 46-47 en el Cuatro Caminos y luego firmé por el Plus Ultra, que era lo que hoy sería el Castilla. Allí destaqué y ascendimos a Segunda División. Ese año (49-50) se lesionó Makala, extremo derecho del Real Madrid, y entonces me llamaron a mí. Para los míos fue una auténtica fiesta, una alegría muy grande. Debuté con 21 años contra el Barcelona en el Camp de Les Corts, que era el campo que había allí antes: íbamos perdiendo 2-0 al descanso, marcó Curta, y terminamos ganando 2-3. 
Después jugué contra el Atlético Madrid en el viejo Metropolitano y nos metieron 5-1. Disputé siete partidos, me enfrenté además al Valencia, Nástic de Tarragona, Atlético Malagueño (que era el primer equipo del Málaga), Celta de Vigo y Real Sociedad.
Acto seguido, llegó la época en la que empezaron a fichar grandes jugadores del extranjero y me cedieron al Córdoba, donde estuve un año pero tuve la mala suerte de lesionarme. Paco Bru, que fue seleccionador nacional, me quiso llevar al Espanyol de Barcelona pero volví a Madrid para curarme y retorné a los campos con el Plus Ultra."



Entonces llamó a mi puerta el Xerez (53-54), donde entrenaba Ventura,un paisano mío. Superé las pruebas físicas, fiché el primer año y renové el segundo, el tercero y el cuarto. Ascendimos a una Segunda División que entonces estaba dividida en zona norte y sur de la península. La cuarta temporada llegó un entrenador nuevo que no contaba conmigo y me salió el Levante, en el que jugué dos temporadas más (también en Segunda). Económicamente, junto con el Madrid es donde más dinero gané, unas 100.000 pesetas anuales. Al acabar en el Levante, pensaba que colgaría las botas porque ya tenía la vida resuelta en Madrid, el Plus Ultra me colocó en la empresa de seguros y también tenía un taxi. Pero entonces me llamó Helio Huarte y me propuso volver al Xerez con Pepe Valera como míster, algo que le hizo casi más ilusión a mi familia que a mí (risas), les encantaba Jerez. Ya me quedé en la ciudad y formamos a la mayor parte de mi familia. La pena es que me rompí la tibia y el peroné en un partido contra el Ayamonte en Tercera y no terminé como me hubiera gustado”.



El madrileño no era especialmente goleador, aunque se define como “un jugador técnico que le gustaba jugar en el extremo derecho y como más disfrutaba era realizando asistencias. El fútbol de antes era mucho más vistoso; se jugaba con un portero, dos defensas, tres medios y cinco delanteros, imagínate…”.

Del mismo modo, se muestra “orgulloso del nacimiento de su hijo en la ciudad y de, como bien dice, tener aquí a sus seres queridos. Además, su descendiente siguió sus pasos y fichó por el Real Madrid, compartiendo vestuario con Juanito, Arconada y Camacho, llegando a ser internacional juvenil con la Selección Española. ¡Hasta estuvo en el Xerez!”.



Tantos años dan lugar a ocupar casi todos los puestos de la entidad. La lesión le obligó a dejar los terrenos de juegos, aunque comenzó una nueva andadura convirtiéndose en primer entrenador del Xerez y posteriormente de los juveniles y Marianistas. Quiere tener palabras de recuerdos para el Dolor, donde conoció todas las pedanías de Jerez como Delegado, y para la estancia que pasó en Coripe (Sevilla), en la que fue en calidad de Presidente de Veteranos Xerez CD y fue nombrado embajador deportivo. Luego, breve paréntesis para trabajar “como peón en una compañía sevillana, donde hacía labores de mantenimiento sin ningún pudor porque ya había vivido situaciones complicadas debido a la precaria salud del país.”

Su destino y el del Xerez estaban ligados y “volvería para ser consejero del club nombrado por Pedro Pacheco junto a Pepe Ravelo, cuando el equipo volvió a Segunda de la mano de Carlos Orúe. Y hasta el día de hoy… donde me siento muy orgulloso de desempeñar la labor de Presidente de Honor. Todos los presidentes que han pasado por aquí han contado conmigo”.

Se emociona recordando todos los amigos que le dejó el fútbol, que “tanto dieron por el Xerez y los cuales la mayoría ya no están con nosotros”. Y, como en todos lados, hasta algún enemigo que “por suerte puede contar con los dedos de una mano; dos de ellos dieron la cara. Algunos no me perdonaron nunca que me metiera en algunos temas políticos. Los que me conocen sabe que de político no tengo nada, y menos con 75 años que tenía, pero me pidieron que echara un cable a esta ciudad que tanto amo y yo nunca he sabido decirle no a nada ni nadie, menos aún cuando era algo relacionado con Jerez”. Añora como el que más esas tardes del Domecq, al cual se refiere como un “auténtico fortín en el que los rivales temían jugar. Estaba el público, que entonces era mucho, pegado al campo. Hasta al línea le costaba subir la banderita para invalidar alguna acción, teniendo en cuenta todos los piropos que soltamos en Andalucía (risas). En cada desplazamiento arrastrábamos a mucha gente, me acuerdo que llenábamos entre dos y tres barcos para ir a Ceuta. Ahora ha cambiado todo, la mayoría de las cosas a mejor. Hay médicos, analistas, entrenadores por posición…, antes solo había una figura que era la del entrenador y lo hacía todo. Está todo mucho más profesionalizado. Si llegas a imaginarte antes estas cantidades astronómicas que se pagan ahora antes te tachan de loco. Cualquiera llega a un equipo y se besa el escudo, cuando nosotros lo hacíamos era para toda la vida." "Por ejemplo, la rivalidad que hay ahora antes no era así, existía pero no tan radicalizada. Nuestro rival era el Industrial y hubo un año que ascendieron a Segunda y nosotros nos quedamos en tercera. Pese a que éramos rivales, quedábamos todos los jueves para jugar un partido de entrenamiento contra ellos. Había morbo pero del sano. Ahora nos lo tomamos mucho peor y suceden cosas desagradables que nunca han pasado”. En cuanto al progreso que ha vivido este deporte relata una anécdota que le sucedió cuando “iban los sábados a Rota a entrenar antes de los partidos y un día de ellos el autocar no era capaz de subir la cuesta de la carretera. No nos quedo otra que bajarnos los jugadores a empujar”. Evaluando el traslado a Chapín, Rafa lo considera “positivo porque mejoró mucho la calidad e infraestructura. Los campos de antes eran prácticamente de tierra y, cuando llovía, fango puro. Recuerdo los balones de correilla a los que yo nunca fui bueno dándoles de cabeza. Se perdió esa esencia de la afición tan cerca del campo pero en su totalidad mejoró la situación y se dio trabajo a muchos jerezanos". El Presidente de Honor de la entidad ha disfrutado como el que más en primera persona con el fútbol. No obstante, su mayor alegría llegó "como aficionado cuando se consumó el ascenso a Primera División”. Para él fue un año inolvidable, “recorrí toda España con el Xerez y sobre todo, experimenté la mayor de las satisfacciones cuando visitamos el Bernabéu. En la comida oficial entre directivas, Florentino Pérez me dijo que tendría el corazón dividido. Le dije que era madridista desde que nací, pero que ese día con un empatito me conformaba, aunque a él no le sirviera. No jugó nada mal el Xerez, tanto que los aficionados del Madrid estaban protestando con el juego de su equipo. Lástima que encajamos un gol tan pronto pero aguantamos bien hasta el final, donde nos metieron cuatro en los últimos minutos. Recuerdo que en esos almuerzos muchos se ponían a hablar de negocios y yo siempre tomaba la palabra para decir que estábamos para hablar de fútbol”.



Una vida entera compartida con el Xerez CD da para mucho, hasta para hacer alguna que otra locura. Comenta como se atrevía a darse palizas en forma de kilómetros con el equipo en Primera. “Recorrí esa temporada todos los campos de España, a pesar de que ya tenía 70 años. Recuerdo que volvimos en autobús desde San Sebastián y se nos hizo un mundo. Cuando yo decía que viajaba también se ponían las manos en la cabeza, pero yo siempre he disfrutado muchísimo estando con el equipo”.
“En todos los lados donde he estado tenían buenas palabras para Jerez. La ciudad es conocida en el mundo entero gracias a sus vinos y sus caballos”.
Un capítulo negro en la historia de Rafa Verdú fue el conocido embargo protagonizado por la Seguridad Social que sufrió debido a las deudas que mantenía la entidad con los organismos públicos. Prefiere no hablar de ello porque “nunca me ha gustado dar pena y las cosas malas deben quedarse para uno mismo. Lo único que puedo decir es que nunca me he llevado dinero de nadie, más bien al contrario. Mi conciencia está muy tranquila. La única pena es que mi señora lo pasara mal. Pero me iré al otro barrio con todo lo bueno que me ha dado esta ciudad, he disfrutado muchísimo aquí y no me arrepiento de nada. Si volviera a nacer, haría lo mismo y vendría a Jerez".

Por fortuna, pocos reconocimientos le quedan por recibir a nuestro querido Rafa. Galardonado con una avenida a su nombre, con un trofeo veraniego en su honor y reciéntemente condecorado con el título de Hijo Adoptivo de la Ciudad. “Siempre me he considerado jerezano pero ahora con este título, que tengo guardado en el mejor rincón de mi casa, muchísimo más. Siempre he sido un orgulloso embajador de la ciudad en todos los lugares que he visitado y lo seguiré siendo hasta que mi vida acabe. Este rinconcito de España me vuelve loco. Mi familia ha fallecido diciendo que los mejores años de su vida los ha pasado en esta ciudad. Recuerdo ese Cine Villamarta, los indultos a los toros y esa fábrica de botellas que siempre me despertaba con la sirena. Añoro algunas cosas, como ese olor de vino de bodega que antes había por las calles. En vacaciones yo nunca me iba a ningún lado, ¿por qué donde se está mejor que aquí? A la vejez sigo aprendiendo algunas cosas, como tocar las palmas, algo que nunca he sabido hacer bien. No me cansaré de repetirlo para que así sea. Si muero fuera de Jerez que traigan mi cuerpo para descansar aquí.” 



Ciñéndonos a lo actual, realiza su particular valoración de la temporada, considerando que “en las condiciones en la que estamos no vamos nada mal. Entre los cambios de entrenadores y la marcha de algunos jugadores, que ha sido una pena, no hemos tenido la estabilidad necesaria. La salvación la tenemos casi asegurada y con eso debemos conformarnos. Esperemos que el año que viene nos echen una ayudita (risas) y luchemos por ascender".

Este sábado tendrá lugar la cuarta edición del nuevo derbi originado en la ciudad debido a la creación del nuevo club. Rafa reitera que “respeta a todo el mundo, aunque algunas decisiones no las comparta. Nunca me escucharás decir nada desagradable de la ciudad. El sábado me han invitado al palco y allí estaré, para rememorar viejos tiempos. Ojalá algún equipo de Jerez llegue a la cumbre del fútbol, si es mi Jerez mucho mejor. Seré toda la vida del Xerez Club Deportivo pero para mí es mucho más importante la amistad que me une con muchas personas a las que veré mañana”. 

Para finalizar, valora que el futuro del Xerez es “complicado por todos los problemas que arrastra. Quiero acordarme de todas las personas que están detrás de este escudo sacrificándose por él y trabajando sin pedir nada a cambio. Ellos hacen posible que sigamos con vida. Quizás no me de tiempo a verlo pero me gustaría que toda la ciudad concentrara sus fuerzas para remar en la misma dirección. Si el año de Primera hubiésemos hecho eso, seguiríamos en la élite. Hubiese venido bien el apoyo de la Diputación y de muchos empresarios de la ciudad. Como antes he dicho, ojalá podamos volver a ver en Jerez fútbol de máximo nivel. Y ojalá que sea con el Xerez CD. Yo sería la persona más feliz del mundo desde el cielo”.



En estas particulares líneas de agradecimiento que dedicamos a nuestros invitados quiero hacer una mención especial. Uno sueña con ser periodista para poder realizar entrevistas como esta. Es un privilegio haber podido conocer de primera mano al que, sin lugar a dudas, es el mayor activo de este club. 91 años teñidos de fútbol y xerecismo que cualquiera de nosotros soñaría haber vivido. ¡Cuánto te debe el xerecismo, Rafa! ¡Cuánto te deben los jerezanos!
Por Carlos López



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