El fútbol, al igual que el sexo, tiene situaciones en las que se llega a alcanzar un punto máximo de satisfacción. En ambos casos se producen endorfinas, responsables de hacernos sentir una sensación de placer y euforia que alcanza su punto máximo en el orgasmo. Ese estado de clímax y euforia es el que vivieron todos los xerecistas presentes en el Antonio Barbadillo una vez que, en el último suspiro, Ezequiel Arana colocó el balón en la escuadra desde más de 50 metros. Un desenlace propio de un Oscar para conseguir así la segunda victoria consecutiva del campeonato y la primera a domicilio.
Nene Montero repitió once por primera vez desde su llegada y alineó a los mismos hombres que doblegaron al San Roque de Lepe la pasada semana. La igualdad fue la tónica dominante durante la primera mitad y ambos conjuntos tuvieron sus respectivas opciones de adelantarse en el marcador.
Fran tuvo que emplearse a fondo en los primeros minutos para evitar doblemente que los disparos de Álvaro y Cuenca acabaran en gol.
Pedro Carrión, protagonista del primer periodo, gozó de las dos ocasiones manifiestas que dispuso el Xerez. La intervención de Isi fue trascendental para impedir que su primer remate, tras un buen centro de Piñero, fuese al fondo de las mallas. Posteriormente, después de una internada de Amin por banda izquierda, el tiburón no acertó a la hora de empujar el cuero prácticamente a puerta vacía.
Los xerecistas dieron un paso adelante en la segunda parte y mostraron una seriedad y compromiso propio de un equipo ganador. Parra, que parece haberse hecho con un hueco a base de trabajo y sacrificio, a punto estuvo de adelantar a los suyos nada más reanudarse el encuentro.
A pesar de la superioridad jerezana el electrónico seguía reflejando un empate que parecía inevitable, hasta que en el último suspiro llegó la genialidad del partido. Ezequiel, que vio con el rabillo del ojo al guardameta local unos cuantos metros por delante de su portería, se atrevió a pegarle desde el centro del campo y firmó uno de los golazos del año para sellar la victoria de su equipo. La locura colectiva se hizo notar y los más de 100 seguidores azulinos celebraron los 3 puntos como si de un título se tratase, no es para menos...
De esta manera, el Xerez firma su tercer triunfo sobre cuatro posibles y mantiene firme su fiel propósito de recortar distancias con los rivales tras el mal inicio liguero. La llamada "operación escalada" comienza a tomar forma.
Por Carlos López
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